viernes, 27 de noviembre de 2015

Conociendo los grandes, Thomas Watson, IBM



THOMAS J. WATSON, SR. Y LAS NUEVAS
MÁQUINAS DEL EMPERADOR



Como presidente o, como se le ha llamado, el «emperador» de IBM, Thomas J. Watson, Sr., creó una cultura corporativa que impulsó a la vez la invención y los descubrimientos. En 1914, se unió a la Computing-Tabulating-Recording Company (C-T-R) como agente de ventas. La compañía estaba especializada en dispositivos de cálculo que usaban tarjetas perforadas para leer y almacenar información. Diez años más tarde, Watson se hizo cargo de ella, le puso el nombre de International Business Machines (IBM) y la convirtió en la fuerza dominante de la industria de la información.

Thomas Watson ha sido tildado de autocrático. Demandaba fidelidad incuestionable de sus empleados, e impuso un código de vestimenta legendario que prohibía incluso una nota de color en la camisa. Pero en muchos modos, Watson llevaba su compañía como una familia, recompensando a los empleados leales con favores poco comunes. Durante la Depresión, rehusó despedir trabajadores, optando en vez de ello por apilar el exceso de máquinas. Como si fuera prueba de que las buenas acciones obtienen siempre recompensa, el director de la entonces recientemente formada Social Security Administration compró el exceso de existencias de Watson. 

Una de las contribuciones más duraderas de Watson al legado de IBM fue su creación del slogan no oficial de la compañía «THINK -PIENSA-». En 1911, mientras Watson administraba las ventas y la publicidad de National Cash Register Company (NCR), se cuenta que dijo a sus colaboradores «el problema de todos nosotros es que no pensamos bastante. El pensamiento ha sido el padre de cada avance desde el principio de los tiempos. ‘No pensé’ ha costado al mundo millones de dólares.» Entonces escribió la palabra «THINK» en el caballete que tenía detrás. Watson se trajo el concepto THINK cuando se unió al antepasa do de IBM, C-T-R, en 1914, convirtiéndolo en IBM en el slogan de una sola palabra de la compañía. Cuando IBM entró en el mercado de las computadoras portátiles, a principios de la década de 1990, utilizó el nombre de ThinkPad. Hoy, la compañía utiliza la palabra en las marcas de muchos de sus productos.

Watson proporcionó el respaldo financiero para Howard Aiken’s Mark I, la computadora electromecánica pionera desarrollada a principios de la década de 1940 en Harvard. Pero obstinadamente rehusó desarrollar una computadora comercial, aun cuando UNIVAC I adquirió fama y contratos comerciales para la compañía Sperry, que iniciaba sus pasos. Poco después de que Watson se retirara del mando de IBM en 1949, su hijo, Thomas Watson, Jr., lo tomó. Cuando Watson Senior murió de un ataque al corazón en 1956 todavía ostentaba el título de presidente de IBM. El joven Watson condujo a IBM al campo de las computadoras con una revancha, construyendo un imperio informático que dejaría pe queños a los competidores en las décadas venideras.

Después de establecer su primera microcomputadora como el estándar informático comercial de hecho en 1981, el gigante, conservador, fue lento para adaptarse a los cambios electrizantes de las décadas 1980 y 1990, haciendo posible que compañías más pequeñas y ágiles, como Compaq, Dell, Sun y Microsoft, tomaran los mercados emergentes. Las pérdidas masivas de ingresos forzaron a IBM a reorganizarse, reemplazando a muchos de sus líderes y abandonando la política largamente mantenida de ausencia de despidos. Even tualmente, IBM abandonó incluso su legendario código de vestimenta, optando por una ima gen más informal. Pero hoy día, a pesar de la dura competencia (o quizás a causa de ella), IBM es de nuevo una importante fuente de innovación en la industria, con grandes proyectos de investigación en todo, desde enormes supercomputadoras a dispositivos microscópicos de almacenamiento. Thomas Watson se fue hace mucho, pero la invención y el descubrimiento (e incluso el lema THINK) siguen vivos en IBM hoy día.



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